A partir de tres o cuatro movimientos básicos, el actor o actriz, crea un personaje o ser primitivo que poco a poco va evolucionado, hasta la incorporación de sonidos y onomatopeyas. Ese ser será la base fundamental y principal que sostiene el personaje aunque éste evolucione hasta nuestros días.
Este ejercicio sencillo, y casi primitivo, resulta muy gratificante. Sólo hay que pensar en tres o cuatro posibilidades de movimiento. Nada más. Quizá esto sirva para “desintoxicarnos” un poco de todos nuestros personajes que llevamos arrastrando debajo de la quilla de nuestro barco de actor.
En mi modesta opinión esto debe ser una práctica muy importante para un actor o actriz a la hora de interpretar un personaje de ficción. Y no digamos a la hora de interpretar un personaje real y concreto, como políticos, artistas, cocineros y otras faunas diversas.
Una buena observación del objetivo escogido, aunque no sea llevado al extremo de la interpretación exacta, puede ayudarnos a descubrir el camino que da al personaje el difícil matiz de la naturalidad. Sin duda, lo que nosotros hayamos conseguido retener en nuestra memoria emotiva de observación, lo podremos trasladar a nuestro personaje ficticio a la hora de hacer cualquier interpretación
Por mi parte poco más puedo decir, sino el de poner mi experiencia de todos estos años de camaradería con Els Joglars al servicio de la gente que practica este juego tan divertido que es el teatro.
0
0
0
0
Loading...